Tras la realización de un estudio, se ha determinado que pese a los cientos de miles de años de evolución del homo sapiens, tenemos menos de un 2% de genoma humano en nuestro ADN.
El artículo publicado por la revista Science Advances, detalla un descubrimiento que cambia toda nuestra historia biológica determinando que no hemos evolucionado tanto como creemos. Al menos a nivel molecular.
En este estudio se ha construido un árbol genealógico evolutivo a partir de los genomas secuenciados de los humanos de la actualidad, denisovanos y neandertales. Tras un análisis detallado se ha concluido que tan solo el 1.5% y hasta el 7% del genoma humano es exclusivo de nuestra especie. Esto quiere decir que en un mayor porcentaje compartimos genoma con los dos homínidos antiguos anteriormente mencionados.

Esto supondría que ambas especies se han mezclado y darían pie a nuevas opiniones sobre las interacciones entre humanos, neandertales y denisovanos, comunicó Fernando Villanea de la University of Colorado, Boulder. Villanea no participó en el estudio.
Nathan Schaefer, bioinformático de la University of California, San Francisco, es el autor principal del artículo. Declaró que en los últimos 600.000 años las adaptaciones genéticas humanas fueron en gran medida el desarrollo del cerebro. Plantea que tal vez para pensar en la singularidad del ser humano habría que considerar primordial este hecho.
Realización del estudio
El equipo de investigadores utilizaron una técnica de análisis genético; la Gráfica de recombinación ancestral. Utilizaron los datos disponibles de genomas neandertales, denosovanos y de humanos modernos. Tras secuenciarlos, utilizaron la herramienta del gráfico de recombinación ancestral y esbozaron el árbol genético.

Si secuencias a un grupo de personas, podrías hacer un árbol que mostrara cómo todos están relacionados, en promedio, en todo el genoma.
Explicó Schaefer. Villanea también hizo unas declaraciones:
Pueden observar todas las poblaciones humanas a la vez bajo el mismo alcance. Somos muy similares a los neandertales.
Tras recrear los árboles evolutivos los investigadores son capaces de señalar los momentos críticos en los que el homo sapiens se tuvo que adaptar y divergir de nuestros antepasados.
El árbol también ofrece en los eventos de adaptación de los últimos 600.000 años la clave del desarrollo cognitivo y la singularidad de la humanidad. Es decir, que lo único que podría distinguirnos de nuestros antepasados sería el cerebro.
Lo que me interesa hacer ahora es tratar de aprender más sobre cómo funcionan los genes y qué hacen estos genes.
Declaró Schaefer.