En numerosas y míticas civilizaciones de la antigüedad, la existencia de mundos subterráneos y la conexión de la superficie con las profundidades estaba a la orden del día.
Hay gente que asegura tener contacto directo y experiencias con los populares túneles subterráneos. Según estos testigos, el misterioso mundo subterráneo oculta a decenas de ciudades de antiguas civilizaciones perdidas. Otros lugares podrían estar habitados por civilizaciones inteligentes y desarrolladas. Otras teorías aseguran ser bases subterráneas gubernamentales o de seres de otros mundos.
Muchas de estas leyendas no traen ninguna prueba ni fotografías de la existencia real de dichas civilizaciones, otras tienen indicios de que probablemente tuviesen algo de realidad. Aquí tienes algunos casos de los misterios de las profundidades.
El Gran Cañón
The Phoenix Gazette publicó en abril de 1909 un artículo llamado Research in the Grand Canyon. El artículo trataba sobre un hombre llamado GE Kinkaid que durante su expedición patrocinada por la Institución Smithsonian en el Gran Cañón del Colorado hizo grandes hallazgos.
Entre estos descubrimientos, según sus propias palabras se encontraba una cámara gigante a unos 450 metros bajo tierra de donde salen decenas de paisajes. También encontró un santuario con un tipo de líder espiritual como Buda sentado con las piernas cruzadas y una flor de loto en cada mano.



También unas cientos de habitaciones con armas e instrumentos nunca conocidos en América y una cripta con únicamente hombres adultos momificados.
A parte se encontraron tablas de piedra con jeroglíficos egipcios.
Túneles subterráneos en California
La revista Search publicó en un número de 1985 en otoño, que un naval no identificado de alto rango habló sobre una apertura de una gran red de túneles subterráneos bajo los suelos de la costa oeste. Según comenta unos submarinos nucleares investigaron los túneles.
Lo que se conoce como la falla de San Andrés son en realidad cámaras grandes que están en proceso de ser destruidas.
Uno de los submarinos nucleares desapareció en las profundidades de la extensa red de cientos de kilómetros y no se supo más de él.
La cueva funeraria Cramp
Frank Burns del Servicio Geológico de EE.UU. informó en 1892 del descubrimiento de unos extraños ataúdes en Camp Cave (Alabama). Dichos ataúdes medían 3.5 metros de largo y 1.5 de ancho. Incluso con una profundidad de un metro.



Las tapas de los ataúdes estaban abiertas y completamente vacíos, como esperando para ser usados. Las muestras fueron enviadas al Instituto Smithsonian para ser analizadas pero durante en trascurso de la investigación, el instituto perdió los artefactos.