John Greenewald, un historiador aficionado, lleva dos décadas solicitándole al gobierno de los Estados Unidos que libere información sobre los objetos voladores no identificados.
Los orígenes del proyecto se remontan a junio de 1947 cuando Kenneth Arnold, un hombre de negocios y piloto estadounidense estaba sobrevolando Washington y vio varios objetos voladores no identificados. Arnold los describió como ‘‘platillos saltantes’’, y los medios empezaron a divulgarlo como ‘‘platillos voladores’’.
Tanto este incidente como el ocurrido poco después en Roswell, Nuevo México, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos decidió crear un organismo de investigación de los sucesos. La finalidad era comprobar si los OVNIs eran una potencial amenaza para la seguridad nacional.

Los estudios iniciaron en 1952 y el proyecto estuvo activo hasta diciembre de 1969. En estas cerca de dos décadas se investigaron un total de 12.618 avistamientos. La sede del proyecto se encontraba en la base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson, en Ohio.
Los inicios del proyecto
El Proyecto Libro Azul fue fundado tras la Segunda Guerra Mundial, en una época de incertidumbres sobre qué podría pasar después. Una de las misiones del proyecto era detener la propagación de inquietud sobre el creciente número de avistamientos de objetos voladores, algunos sobre el Capitolio de los Estados Unidos o la Casa Blanca. Los ciudadanos estaban histéricos por saber que era realmente lo que sobrevolaba sus cabezas ante el silencio del Gobierno y del ejército.
En aquél momento nadie se tomaba a risa los avistamientos. En las altas esferas del gobierno estadounidense cundía el pánico cada vez que alguien hablaba de algún caso nuevo.

Pero pese a que muchas de las fuentes eran creíbles, ya que se trataban de personas tanto del ejército como de alta reputación, el gobierno parecía tener un cierto interés en cerrar rápidamente los casos concluyendo que se trató en realidad de un avistamiento de un objeto cotidiano.
En abril de 1956 en Seattle un testigo aseguró haber visto un objeto redondo, blanco y de la mitad del tamaño de la Luna. Dicho objeto no paraba de dar vueltas según los documentos. Los investigadores cerraron el caso concluyendo que se trataba de un meteorito.
Otro caso parecido en Newark, Nueva Jersey en enero de 1961. Otro testigo decía haber visto un objeto gris oscuro del tamaño de un jet pero sin alas. Los investigadores lo consideraron un avión y cerraron el caso.

Pero a todos los casos no les pudieron encontrar una respuesta simple. Más de 700 casos del proyecto no pudieron ser explicados por los investigadores. En 1964 en Socorro, Nuevo México, un policía inició una persecución tras haber visto una extraña aeronave sobrevolando el cielo.
Describió la nave con una extraña insignia roja y cuando la vio aterrizar pudo observar a dos seres del tamaño de un niño salir de la misma. Dejó marcas de quemaduras en el terrenos y evidencias de que realmente algo aterrizó ahí.
Los investigadores lo consideraron un caso inexplicable.
Greenewald cree firmemente que el Proyecto Libro Azul es únicamente la punta del iceberg, y que otras organizaciones como la CIA o la Agencia de Inteligencia y Defensa también hicieron investigaciones que no han sido publicadas.