Travis Walton es el protagonista de la que podría ser la mejor historia sobre una abducción OVNI de la historia. Afirma haber sido secuestrado y llevado a bordo de una nave extraterrestre.
La noche del 5 de noviembre de 1975 Travis Walton desapareció en el Parque Nacional Sitgreaves en Arizona mientras trabajaba de maderero. 5 días y 6 horas después apareció de nuevo junto a una carretera en Heber-Overgaard.
Walton tenía 22 años en aquél entonces y junto con los seis miembros del equipo se trasladaban en la camioneta de regreso a sus hogares tras la jornada laboral. Mientras circulaban por la carretera vieron un gran haz de luz que confundieron con un incendio. Al acercarse, un platillo flotaba a 30 metros de altura.

Travis salió de la camioneta apresurado y se acercó al objeto curioso. En ese momento, el platillo empezó a moverse y a emitir sonidos agudos. Cuando se colocó debajo de Walton un rayo de luz le golpeó contra el suelo dejándole inconsciente.
Los amigos se atemorizaron y abandonaron el lugar en la camioneta, dejando a Travis en el suelo. Cuando volvieron un rato después, Travis ya no estaba.
Los compañeros de trabajo denunciaron este hecho en el pueblo más cercano, Snowflake, y le comentaron a la policía lo que había sucedido. Los amigos no lograron convencer a la policía para que consideraran la desaparición como un hecho de naturaleza inexplicable, y fue considerado como un hecho policial.
En ese momento la policía creía firmemente en que se trataba de un homicidio, y que los compañeros de Walton se inventaron la historia del OVNI para eximirse la culpa. Uno de los maderistas tenía antecedentes penales lo cual elevó las sospechas de la policía.
Los agentes estuvieron tres días buscando a Travis por los alrededores utilizando a perros y helicópteros pero no encontraron nada. Para el grupo de amigos fueron sin duda los días más largos de sus vidas. Prácticamente todo el mundo les trataba de asesinos y que estaban intentando ocultar el homicidio con una historia de abducciones y alienígenas.

Ellos se ajustaron a su testimonio en todo momento, y finalmente fueron sometidos al polígrafo de la oficina de seguridad pública del estado de Arizona.
En ese momento tanto miembros del cuerpo policial como una parte de la sociedad, cambiaron de opinión. Muchos empezaron a creerles, o al menos mostrarse menos escépticos a lo del OVNI.
El sheriff Marlin Gillespie se mostró desde el principio muy reacio a la historia que contaban los chicos, pero tras interrogar por separado a los compañeros de Travis y ver el resultado del polígrafo cambió de opinión: ‘‘Estoy seguro de que vieron un OVNI’’, declaró a un periódico local.
Al quinto día de la desaparición de Travis Walton, su familia recibió una llamada telefónica. El hombre que había en el otro lado de la línea decía ser Walton. La familia junto a Mike Rogers, uno de los compañeros de trabajo, fueron en su busca.

Al oeste de Heber, en Arizona, Travis había recuperado la consciencia al lado de una carretera. Les estuvo esperando junto a un teléfono público de una gasolinera.
Se veía deteriorado tanto física como mentalmente. Apenas hablaba y estaba como ido. Al día siguiente, la policía y los medios se retractaron sobre lo que habían dicho anteriormente.
Según Walton, después de que el rayo le golpease contra el suelo, despertó en una sala parecida a un hospital. Todo era de metal, y estaba tendido de espaldas. Unas extrañas criaturas le observaban, eran calvas y no medías más de metro y medio.
Walton golpeó a las criaturas y saltó de la mesa. Cuando se empezaron a acercar de nuevo a el, agarró un objeto y les amenazó. Abandonaron la sala. En ese momento Travis tenía miedo de que volvieran y entró a una sala contigua donde había una proyección del cielo estrellado.
Otro ser, esta vez de aspecto humanoide, grande, musculado, con pelo castaño y rubio y casco entró en la sala. El ser echó de la nave a Walton dejándolo en una especie de hangar. Le llevó a otra sala donde habían más seres humanoides, le pusieron una máscara y se volvió a quedar inconsciente.

Lo siguiente que recuerda es despertarse al borde de una carretera y ver como un OVNI despegaba rápidamente hacia el cielo.
Hace muchos años que salí de una camioneta del trabajo en el bosque nacional y corrí hacia un OVNI grande que brillaba intensamente y que flotaba en el aire en la oscuridad de la noche en Arizona. Pero cuando tomé esa decisión profética de dejar la camioneta, dejé detrás algo más que a mis seis compañeros trabajadores. Yo estaba dejando para siempre toda la apariencia de una vida normal, corriendo precipitadamente hacia una experiencia inmensamente abrumadora en sus efectos, tan devastadora en sus consecuencias, que mi vida nunca, nunca puede ser la misma para siempre.
Declara Walton en su libro ‘‘Fuego en el cielo’’.
Walton también pasó la prueba del polígrafo, dando como resultado que decía la verdad.