El matrimonio aseguró ser abducido por un platillo volante a principios de la década de los ’60.
Betty y Barney Hill volvían de vacaciones el 19 de septiembre de 1961 hacia su localidad, Portsmouth en New Hampshire, EE.UU. Mientras conducían por las desoladas carreteras vieron un punto brillante en el cielo. De primeras pensaron que se trataba de una estrella fugaz hasta que vieron que caía ”hacia arriba” y se detuvo cerca de la luna.
Betty pensó que se trataba de un satélite artificial y le dijo a Barney que parara el coche porque quería verlo detenidamente. Así lo hizo y a parte aprovechó para sacar a su mascota Delsey. Barney sacó una pistola del maletero por si se encontraban algún oso salvaje. Betty observaba el objeto gracias a sus prismáticos.



Un rato después siguieron conduciendo a baja velocidad para seguir observando el objeto. Parecía acercarse y alejarse al igual que seguir la silueta de las montañas. Por un momento pensaron que había aterrizado en la montaña Cannon pero a los pocos segundos volvió a moverse.
A 1.5km al sur de la localidad de Indian Head, la nave descendió drásticamente de altura haciendo detener el coche a Barney. Con la nave a unos 20 metros de altura, Barney agarró su pistola y los binoculares y observó el interior de la nave. Afirmó haber visto entre ocho y once criaturas humanoides.
Todas las figuras extraterrestres se hicieron a un lado excepto uno de ellos que le mandó un mensaje telepático a Barney: ”Quédate donde estás y sigue mirando”.
En ese momento el joven corrió hacia el coche gritando: ”¡Nos van a capturar!”
El objeto empezó a perseguirles descendiendo de altura. Después aseguraron tener un estado de consciencia alterado, y presentaron fallos en la memoria.
El viaje debería haber durado 4 horas pero finalmente acabó durando 7. ¿Un caso de tiempo perdido? Barney no recuerda prácticamente nada del viaje.